Ezequiel 36.24
“Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país.”
En nuestro corazón siempre debe estar el deseo de agradar al Eterno, con nuestra obediencia al cumplimiento de sus mandamientos, nunca olvidando que Yahweh nos dio una promesa de restauración y nos lo dice en Ezequiel 36:24, el Espíritu Santo cambia nuestro corazones y saca toda inmundicia que tengamos.
Nunca olvidemos que a pesar de que vivimos en este mundo, no hacemos la guerra de una forma carnal, y que nuestro enemigo no es físico, pues el adversario en su astucia utiliza aquellos que nos rodean para crear discordia, disensiones y caos a nuestro alrededor, pero tendremos la victoria asegurada cuando aprendamos a desarrollar los instrumentos que Él Altísimo nos provee en su bendita Toráh, como lo son la Palabra de Yahweh, la oración, el ayuno, la fe, el amor y la esperanza. El no nos fallará ni nos abandonará.