Salmos 34:21
“Matará al malo la maldad, Y los que aborrecen al justo serán condenados.”
El salmista pretendía dar una lección a los que leyeran sus escritos (leer Salmo 34:11), y esto sería útil para la vida. Lo que encontramos en el texto es una afirmación de que nuestras elecciones producen resultados y consecuencias en nuestra vida.
Así como la expresión “justo” significa siervo (aquel que mantiene una relación personal con Dios), la palabra “malo” expresa la condición de todos aquellos que no mantienen, a distancia o por su propia voluntad, ningún tipo de relación, confianza o sumisión a la voluntad de Dios; incluyendo algunos que se oponen y lo niegan deliberadamente.
El “malo”, además de su propia negación, sufrirá las consecuencias de elecciones carentes de verdad y cuidado espiritual. Cuando sus acciones se dirigen deliberadamente contra el “justo”, se encontrará con alguien que está bajo la dirección del Señor y por lo tanto es más probable que gane la batalla, no por su habilidad o fuerza, sino por su dependencia espiritual.
¡El amor de Dios se limita a nada y a nadie! Sólo refuerza el significado bíblico de que es el hombre el que se mantiene alejado de Dios, y no lo contrario.
Elegir no creer, no confiar y no buscar a Dios es una actitud del hombre; el Señor siempre estará presente ante un corazón que desee recibirlo (leer el Salmo 34:18).