Salmos 103:19
“Yahveh estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos.”
La omnipotencia de Dios es siempre un tema controvertido en la sociedad, esto se debe a que la mayoría de la gente termina no reconociendo este precepto divino, o incluso no reconocen la existencia misma de Dios.
Para los que temen y sirven a Dios, su poder es incuestionable, y no hay duda de su amplitud y magnitud. El salmista enfatiza exactamente esta grandeza de Dios declarando que Él establece su trono en el Cielo, en su visión, el poder del Señor no tiene límite y se extiende sobre el universo.
Tal declaración no es fruto de una religiosidad practicada bajo la dirección de los hombres, sino que se sustenta en una experiencia de fe forjada durante años de relación, de preguntas contestadas, de oraciones reconocidas, de gritos contestados y de manifestaciones reales vividas en Dios.
Podemos incluso encontrar esta afirmación subjetiva, pero no hay nada más intenso que ver la subjetividad de la mente humana transformada por la objetividad de la fe dirigida y confirmada por un rey que lo domina todo, incluyendo nuestras vidas.
