Salmos 103:3
“Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias.”
Perdonar los pecados es una acción restauradora de parte de Dios, sucede para restaurar la condición de diálogo y relación del siervo con su Señor. Hasta que no nos libremos del peso de los pecados, viviremos al margen del Señor y con la posibilidad de alejarnos cada vez más de Él.
Cuando buscamos y obtenemos este perdón, tratamos todas nuestras dolencias, pero no solo físicas, sino como realmente ha querido referir el Salmista, nuestras dolencias espirituales y nos ponemos de pie para seguir el camino del Señor. Debido a nuestra naturaleza humana, estamos sujetos a caer de nuevo. Pero debido a su naturaleza misericordiosa, Dios está listo para levantarnos tantas veces como sea necesario.