De muerte a vida en Yahshua

Salmos 40:1-2

“Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme.“

La gran mayoría de las personas permiten que Dios los ayude solo cuando ellos piensan que se lo merecen. En un momento de mi vida yo fui de esa manera. Durante años, sentí que Dios debería ayudarme solo cuando pensaba que me había ganado, cuando pensaba que había hecho suficientes buenas obras para merecer Su ayuda.

Ese tipo de pensamiento no produce una actitud de gratitud y acción de gracias. Si creemos que merecemos lo que recibimos, entonces ya no es un obsequio sino una recompensa o “pago por los servicios prestados”. La diferencia entre recibir lo que no merecemos y recibir lo que merecemos es la diferencia entre la gracia y obras.

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest

0 Comments
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments