1 Samuel 2:30
“Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”
Dios honra a los que le honran. Él nunca olvidará las semillas de lealtad que siembres. Las multiplicará y te las devolverá en una cosecha de bendición. Malaquías 3:17 dice que tú formarás parte de Su tesoro especial por siempre.
Por siempre. Medita en eso por unos instantes. Al honrar a Dios con tu vida y con tus labios, ingresas en una esfera de bendición que te llevará literalmente toda una eternidad poder explorarla.
Una vez que comienzas a tener esa clase de perspectiva eterna de las cosas, entenderás que es una falta de madurez total el enojarse con Dios cuando las cosas temporales no resultan exactamente como las planeamos ni cuando las esperamos.
Descubrirás que tu lealtad debe ser primero que nada hacia Dios, y que debes buscar primero Su reino, aun cuando las cosas parezcan estar saliendo mal. La Biblia dice que si lo haces, lo demás te será añadido.
Dios nunca olvida. Él jamás olvidará que en medio de la batalla, cuando otros se daban por vencidos y decían: “¡Este asunto de la fe no funciona!”, tú todavía le honrabas y seguías firme confiando en Sus promesas.
Por lo tanto, decide en tu corazón honrar a Dios y serle fiel en todo lo que digas. Decide de una vez por todas que nada en tu vida será más importante que honrar a Dios. Sigue honrándole y hablando palabras de fe.
1 Samuel 2:30
“Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”
Dios honra a los que le honran. Él nunca olvidará las semillas de lealtad que siembres. Las multiplicará y te las devolverá en una cosecha de bendición. Malaquías 3:17 dice que tú formarás parte de Su tesoro especial por siempre.
Por siempre. Medita en eso por unos instantes. Al honrar a Dios con tu vida y con tus labios, ingresas en una esfera de bendición que te llevará literalmente toda una eternidad poder explorarla.
Una vez que comienzas a tener esa clase de perspectiva eterna de las cosas, entenderás que es una falta de madurez total el enojarse con Dios cuando las cosas temporales no resultan exactamente como las planeamos ni cuando las esperamos.
Descubrirás que tu lealtad debe ser primero que nada hacia Dios, y que debes buscar primero Su reino, aun cuando las cosas parezcan estar saliendo mal. La Biblia dice que si lo haces, lo demás te será añadido.
Dios nunca olvida. Él jamás olvidará que en medio de la batalla, cuando otros se daban por vencidos y decían: “¡Este asunto de la fe no funciona!”, tú todavía le honrabas y seguías firme confiando en Sus promesas.
Por lo tanto, decide en tu corazón honrar a Dios y serle fiel en todo lo que digas. Decide de una vez por todas que nada en tu vida será más importante que honrar a Dios. Sigue honrándole y hablando palabras de fe.
Esto te traerá liberación en esta vida, y en la eternidad te sentirás bien satisfecho de haberlo hecho.