Salmos 51.1-3
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.”
El Eterno creó al hombre para reinar y no para traer virus ni mortandad, sus principios son Eternos, es un tiempo que acontece no por casualidad sino por causalidad, debemos meditar en que hemos fallado como humanidad y volver nuestro rostro hacia el Creador de todas las cosas, quien además nos dejó sus estatutos para que de generación en generación sean cumplidos.
Es por ellos que es tiempo de aplicar la biblia a nuestras vidas y así alcanzar el perdón de la vida que solo YAHWEH Tzevaot otorga al ver nuestro arrepentimiento, seamos ese David que cuando transgredió los mandamientos busco con arrepentimiento genuino el perdón de El Eterno, clamemos que seamos limpiados con hisopo, que cree en nosotros un corazón limpio y que su presencia jamás se aparte de nosotros.