Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Yahshua.”
Desde Génesis hasta apocalipsis el Eterno nos promete que El estará con nosotros, por ello nos entrego su bendita instrucción; su palabra como manual de vida, con la finalidad de que sigamos cada una de sus instrucciones y podamos tener las herramientas seguras y necesarias para alcanzar la integridad, sabiduría y desarrollo de la fe, y así estar preparados para ir a la batalla, estando conscientes de que nuestra vida es una constante guerra espiritual.
No permitamos que la cantidad ni el poderío que tenga el enemigo nos haga desmayar; tampoco nuestra propia debilidad nos haga temblar o desfallecer, confiemos porque Yahweh nos salvará; pero si nuestro corazón tiene aun amor por las cosas del mundo o tenemos miedo a enfrentar esta guerra, entonces no nos comprometamos, sino que pongamos a cuenta con El Eterno y luego entonces salimos a derrotar al enemigo confiados que Él nos respaldara.