Efesios 4:26
“Airaos, pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo.”
Quizás a muchos nos ha pasado que luego de un momento de ira y una palabra ligera nos arrepentimos de aquello que hemos dicho o hecho llevados por el mal momento del enojo. Dice la palabra del Eterno que aun el necio cuando calla pasa por sabio, es por ello la importancia de no ser emocionalistas y madurar mucho más en ese sentido.
La ira puede ser un conductor del pecado, por eso debemos tener cuidado de ella y aprender a manejar situaciones donde pueda estar presente.
Oración:
Señor, cuando la frustración de una decepción me pueda llevar a la ira, protégeme y aléjame de la senda del pecado, de forma que pueda retomar Tu paz y pueda pronunciar palabras de calma y consuelo. Ayúdame a ser un ejemplo para aquellos que me rodean, con acciones que te glorifiquen y sean alegres a Tu voluntad.