2 Timoteo 1:6-8
“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios.”
No podemos permitir que las circunstancias apaguen el fuego dado por el Eterno a nuestro Espíritu para compartir lo que por gracia hemos recibido. Estamos en tiempos de persecución y señalamientos, sin embargo, no debemos desenfocarnos dejando de guiar a las personas a los pies del Mashiaj.
Es tiempo de despertar nuevamente al llamado que hemos recibido, pasemos del estado de pasividad al estado de proactividad, pidiéndole al Padre Santo que nos dé las estrategias para alcanzar a las personas que no le conocen y avanzar a pesar de lo que pueda venir en contra. Si el Mesías enfrentó y venció cada señalamiento y persecución a causa de compartir el mensaje, por medio de Él también podremos vencer.