El comienzo no determina el final de algo, mientras más fuerte es la prueba, más glorioso es el final. El mantener la mirada en el final y la confianza en el Todopoderoso nos permitirá alcanzar la promesa.
Tenemos que aprender a descansar en el Eterno y que la victoria no depende de nuestras habilidades, sino de nuestra dependencia hacia Él, sin comparar nuestros procesos con los de otros, ya que YHWH va a ser fiel con ambos.
Antes del proceso Job era un hombre prospero pero soberbio, por eso El Eterno tenía que pulverizar su soberbia, luego del proceso, fue que el entendió la grandeza del Eterno.
Sea que obedezcamos o no El sigue siendo El Eterno, lo que Él nos diga debemos tener la determinación al momento y obedecer, en medio de las pruebas no nos desanimemos, mantengamos nuestra mirada en YHWH.
Las pruebas son necesarias para conocer nuestras debilidades, sentimientos e inclinaciones y para mostrarlo que en El sí se puede vencer todo, y que al final Él tiene un plan perfecto para nosotros.