Eclesiastés 7.8
“Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu.”
El propósito del Eterno no es que estemos en problemas, al contrario nos promete que hay un fin mayor para cada uno de nosotros, eso tenemos que recordarlo en todo tiempo.
No podemos desvanecernos en medio de las pruebas o de las aflicciones, tenemos que mantenernos viendo las promesas del Creador. YHWH nos muestra el final de las cosas para que eso nos motive a avanzar y que recordemos que Él ha prometido que lo alcanzaremos, de modo que cuando estemos atravesando el momento difícil no desfallezcamos.
Hay personas que son tibias, al principio cuando le dan la palabra, la promesa, se activan, pero cuando comienzan a caminar en el proceso, en las pruebas, entonces terminan desanimándose, pero debemos entender que para El Padre poder usarnos como vasos de honra nos da la palabra para iniciar ese proceso de formación, y moldear nuestro carácter.