Mateo 16:25
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.”
¿La vida de alta calidad; o la vida de baja calidad? ¿La vida de Dios; o la vida del mundo? No puedes tener ambas. Es una o la otra. Debes escoger.
Nunca podrás experimentar la buena vida por ti mismo si no se dispones a soltar la tuya, si no te dispones a confiar en la Palabra de Dios y a confiar en que Él tendrá cuidado de ti.
¿Qué te sucederá cuando lo hagas? Comenzarás a vivir la vida que Dios describe en el Salmo 1. Serás: “…como un árbol plantado junto a los arroyos: llegado el momento da su fruto, y sus hojas no se marchitan ¡En todo lo que hace, prospera”.
Eso significa que tus raíces se profundizarán tanto que ninguna sequía podrá secarte ni ninguna tormenta podrá derribarte. No importa lo que suceda en el mundo a tu alrededor, tu prosperarás.
Cuanto más fuerte sople el viento, más flexible será tú en la brisa. La depresión y la inflación no podrán quebrantarte. Cuando las lluvias dejen de caer y todos los demás se sequen, tú seguirás prosperando y produciendo el fruto del Espíritu, porque estarás extrayendo el alimento del lecho del río.
Así es la vida de alta calidad, y no hay nada que el mundo te pueda ofrecer que se le compare. Yo lo sé por experiencia. Una vez que te atreva a soltar tu vida y a confiar en Dios, tú también lo sabrás.