En algún momento de nuestras vidas llegamos a tal punto de confort que nos detenemos y nos ponemos cómodos colocando nuestra mirada y confianza en las cosas naturales como trabajo, familia, entre otros, seguros de que ese es el propósito que YAHWEH tiene para nosotros.
Entonces, justo en ese instante el Eterno nos sacude y permite el proceso para probar nuestra Fe. Empezamos a transitar caminos desolados, nublados y espinosos en los cuales es tan densa la neblina que nubla no sólo nuestros ojos carnales sino nuestros pensamientos y nos sumergimos en un callejón sin salida donde abunda la tristeza y la autocompasión; pero, debemos evitar llegar a esa condición a toda costa, detenernos y volvernos al Padre, para que los procesos no se alarguen. La desobediencia y el rebelarnos primeramente a YAHWEH y también a nuestros padres, cobertura u autoridades, es una de las causas que provoca los procesos y los alarga.