El arado es preparar la tierra para volver a sembrar, esto representa el servicio que prestamos al Eterno cuando proclamamos su palabra. En este tiempo la siembra está relacionada entre otras cosas a predicar la palabra de vida a aquello que aun no disfrutan de la presencia del creador en sus vidas, sus corazones están preparados para oír y solo tenemos que hablar.
El término arar viene de la misma palabra hebrea que traduce: servir, cultivar, exaltar, desempeñar, ejercer, liberar, manifestar, servir y trabajar.
El arar entonces tiene que ver con el servicio, esto es porque todos tenemos una medida de servicio por la cual tenemos que rendir cuentas cuando venga el Eterno. Así que no desperdiciemos la buena tierra que el Señor a puesto delante de nosotros y derramemos la semilla de bendición que nos fue entregada.