Jueces 3.7-8
“Por tanto los hijos de Yisra’el hicieron lo maldito a los ojos de YAHWEH, se olvidaron de YAHWEH su Elohim, y sirvieron a los baalim[8] y asherim. De modo que la ira de YAHWEH se encendió contra Yisra’el y El los entregó en las manos de Kushan-Rishatayim rey de Aram-Naharayim; y los hijos de Yisra’el sirvieron a Kushan-Rishatayim [Cush de doble perversidad] ocho años.”
Es un mandamiento no olvidarse de Yahweh en medio de la prueba. Cuando una persona empieza a olvidar a YHWH es porque dejó de confiar en Él y poco a poco comienza a olvidar Su Bendita palabra, cayendo en transgresión. Siempre debemos de recordar que Él es nuestro Dios y que nosotros manifestamos amor hacia Él cuando toda nuestra confianza reposa en Él y nuestras obras dan fruto de amor a través de la obediencia.
El amor se manifiesta con acciones. El Eterno amó, y dio muestra de ese amor entregándose a sí mismo para que nosotros podamos tener vida en Él; el vino a la tierra siendo 100% Dios pero también siendo 100% hombre, dispuesto a ser probado al mismo nivel que nosotros, y cada una de sus obras testificaron de ese amor incomparablemente fiel hacia nosotros. Cada una de nuestras acciones, si son de acuerdo a la Toráh de YHWH, ellas nos revisten con vestiduras limpias, blancas y resplandecientes; pero a su vez manifiestan nuestro amor hacia Dios.