Juan 16:33
“Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo.”
Aprender a aceptar la derrota, el fracaso, el hecho de que muchas veces las cosas no marchen como queremos, es un paso fundamental para podernos acercar a la voluntad de Dios. No es fácil, la mayoría de las veces, sin embargo un pensamiento que siempre llevé conmigo para perseverar en esta verdad fue el siguiente: Los resultados dependerán siempre de Dios, pero el mejor y mayor esfuerzo, siempre dependerá de mí.
Probablemente usted se pregunte porque Dios no me muestra lo que quiere que haga y tal vez parezca que Él no le está dando instrucciones hoy. A pesar de ello no sé desanime, El Padre está obrando activamente en su situación y guiándole aún cuando no lo perciba.
Dios le Oye, el entiende el clamor de su corazón y la confusión que siente cuando no saben qué dirección seguir, y sería completamente extraño a su carácter esconderle sus planes cuando usted le busca. (Jeremías 29:11-13)
La verdad es que El Padre movería cielo y tierra para mostrarle su voluntad y ayudarle a andar en ella, sin embargo El Señor también entiende lo que exige enseñarle usted a tener una fe genuina que perdure, así que Él tiene el cuidado de no revelarle todo a la vez.
Por consiguiente descanse seguro de que incluso en este
momento, El padre està enseñándole a confiar en Él, e iluminará la senda lo
suficiente para que camine a su lado un paso a la vez.