Hebreos 11:1
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Amados, es natural que el ser humano luego de haber obtenido un resultado alentador, generador de conquistas, victorias y éxitos en cualquier área de nuestra vida, sienta moderado orgullo, aunque en ocasiones como hemos visto ya, puede convertirse en un vicio desmedido que modifique nuestra conducta y nos inspire a cometer pecados, en ese sentido, necesitamos mantenernos en control para evitar deshonrar al padre y continuar perseverando en sus caminos.
El versículo que hoy nutre nuestro conocimiento expone que Dios es mucho más valioso y excelente que cualquier conquista, por tanto estamos obligados a tener en cuenta su mandato de mantenernos humildes para gozar de su atención y cuidado, puesto a que ser altivo nos aleja del padre, lo cual constituiría unas desviación al llamado que todos tenemos de continuar en los caminos de Dios.