Salmos 1.1-3
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.”
Debemos estar entendidos que somos como esos árboles en manos del Eterno y en Él, nuestro destino es ser prosperados, pero conscientes y enfocarnos que nuestra delicia debe estar en su Santa Palabra, meditar en ella día y noche y de esa manera estaremos exaltando el nombre de nuestro Padre Santo con nuestras acciones.