2 Corintios 9:7
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”
Cuando somos bendecidos, y es el tiempo de la abundancia dar es mucho más fácil, pero la verdadera prueba de nuestra generosidad e intención de honrar a nuestro creador se mide en los momentos en los cuales nuestras finanzas se encuentran ajustadas al día a día.
Pero sabemos que honrar a nuestro Dios no implica únicamente ofrendas representadas por algún bien, además de esto la palabra habla de la necesidad de nuestro servicio y trabajo para la obra del Señor, en este caso deben servirle con alegría en los días buenos y malos, no dependiendo de nuestro estado de ánimo sino de lo mucho que debemos estar agradecidos con el por ser un Padre amoroso y bueno.
El Eterno quiere vernos dar con amor y alegría, eso en resumen es lo que le agrada a él más que cualquier otra actitud.