Isaías 43.2-3
“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Yahweh, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.”
Debemos clamar para que Yahweh nos enseñe a ser sacrificios vivos que lleguen con olor fragante a su presencia, que nos siga llenando de su humildad y en nuestra oración no solo interceder por otros sino por nosotros mismos. Pidiendo perdón por llamarle injusto cuando no nos complace en alguna petición.
Anhelando su instrucción para aprender a ser agradecidos por los procesos, que refuerzan nuestra confianza y nuestros músculos espirituales. Debemos buscar que nos enseñe a amarle no por lo que nos da sino por lo que EL es Yahweh el todo poderoso. Es su promesa que pasaremos por fuego y no nos quemaremos, por agua y no nos anegaremos.