2 Juan 1:8
“Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.”
Amados, muchos cristianos por miedo a darnos cuenta de la realidad preferimos juzgar, incurriendo en una conducta equivocada, en lugar de auto evaluar nuestra manera de ser para seguir purificándonos a nosotros mismos, cuestión que es base cuando perseguimos el deseo de tener una conducta agradable al padre.
En el versículo que hoy se presenta, se resalta la invitación a prestar atención a la forma de desenvolvernos en cada entorno y situación de la vida para permanecer en vías de obtención del fruto deseado, el galardón divino, por tanto tenemos que asumir como brújula los mandatos bíblicos y ser obedientes a estos, para que tenga sentido todo lo que hasta ahora hemos andado en el camino y poder recibir completamente el tesoro que nos será dado en el cielo.
Recordemos la constante autoevaluación a la que se sometió el profeta Moisés, cada vez que se retiraba a meditar y hablar con Dios sobre las gestiones que se llevaban a cabo en el pastoreo del pueblo de Dios, él lo cuidaba para que no se desviase y logró los resultados fructíferos que a partir de ese cuidado, el consiguió.