Salmos 40:1-2
“Pacientemente esperé a Yahweh, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.”
Amados, este cántico nos hace la revelación de una verdad absoluta, un gesto de amor que el Padre tiene para con sus hijos, se trata de que nuestro Dios siempre está atento a lo que nos ocurre, el conoce nuestras necesidades, sin embargo, requerimos elevar nuestra petición para que se tenga conocimiento de la urgencia con la que se solicita la respuesta, para que nuestro Padre Celestial nos coloque en el camino correcto para alcanzar la bendición por medio de la buena obra.
Ahora bien, es posible que ya hayamos orado, tengamos tiempo esperando respuesta, pero aun no hayamos recibido, la solución es continuar orando continuamente y con mucha fe, puesto a que Dios nos responderá en el momento oportuno, acuérdate del pasaje que nos expresa sobre que todo debajo del cielo tiene su tiempo, también recuerda lo que se nos revela sobre las pruebas, piensa además sobre la promesa de Dios de satisfacer las necesidades de sus hijos y continua fortaleciendo tu fe en nuestro Padre.