Hechos 8.17-25
Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí. Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.
No nos quejemos de los procesos que estemos viviendo porque ellos nos acercan al Eterno, debemos ser obedientes y cumplir sus mandamientos para fortalecer nuestro espíritu y fe. Es de suma importancia que entendamos que el Espíritu de Dios no se compra, no son nuestros presentes, primicias u obsequios que nos traerán su poder, sino que debemos buscarle constantemente actuando conforme a los mandamientos de YHWH.
Simón quiso comprar el Poder del Espíritu Santo y solo consiguió reprensión de parte del Eterno, pero hubo en él un corazón contrito y un espíritu humilde que le permitió arrepentirse y cambiar de dirección. Así mismo tu corazón debe estar inclinado hacia la palabra, libre de toda contaminación, apartado de las cosas de este mundo Lucas 18:22 y eso te llevara a ver los grandes prodigios no solo en tu vida a través de ti.