Colosenses 3:23
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
Para trabajar “como para el Señor y no para los hombres”, usted tiene que comenzar con un empleo que lo honre a Él. Solo porque tenga la oportunidad de ganar dinero en un trabajo, no significa que deba tomar ese empleo. Dios no ve bien todas las ocupaciones. Desde luego, no bendice nada que explote o defraude a las personas.
Usted podría decir: “Bueno, este es el único trabajo que pude conseguir”. Pero comprometer la fe no es la manera de mantener a su familia. Una conciencia limpia y una vida cristiana intachable, son mucho más importantes que el dinero que usted pudiera ganar en ocupaciones poco éticas. Además, si Dios no quiere que usted haga cierto trabajo, Él le dará un mejor lugar para trabajar.
Una vez que encuentre un empleo adecuado, asegúrese de tratar a los demás como Dios lo hace: con amor y respeto. Cuando yo estudiaba en la universidad, había señoras que se encargaban de la limpieza de los dormitorios. Recuerdo que algunos de mis compañeros decían cosas duras sobre ellas. Yo pensaba: Si una de ellas fuera mi madre, ¿cómo habría querido que la trataran? Entonces comencé a respetar a la señora que aseaba mi habitación como si fuera mi madre. ¿Cómo quiere usted que la gente tratara a sus hijos, a su esposo o esposa? ¿Cómo le gustaría que lo trataran a usted?
La Biblia nos dice que trabajemos como para el Señor (Col 3.23). No podemos hacerlo si no estamos en un trabajo que le agrade a Él y que se ajuste a sus caminos. Después que nos encontremos sirviéndole en nuestro trabajo, no debemos olvidar jamás tratar a los demás con amor y respeto.