No cabe duda de la grandeza de Yahweh al administrar justicia. Así como Él es amor, también es fuego consumidor y su palabra nos advierte contra futuras consecuencias en caso de rebelarnos en su contra y nos enseña que es Él quien dio a algunos el ser emisarios; a otros, profetas; a otros, proclamadores de las buenas noticias y a algunos, pastores y maestros (Efe. 4:11).
Por tanto no debe haber entre sus seguidores o hijos envidia ni celos, pues todos forman parte de un mismo cuerpo, cuídese de albergar sentimientos de celos, envidias e inconformidad en su corazón en contra de las autoridades que el Eterno ha puesto sobre usted.
Al contrario ayude a sus superiores, ámelos, respételos, si hay algo que no le agrada no murmure, ore por ellos y sobre todo no envidie lo que Yahweh aun no le ha entregado ni trate de arruinar a los demás para tomar a la fuerza una posición que no le pertenece. YHWH hace como quiere y prueba tu fidelidad en lo poco para colocarte en lo mucho. Y si no aquí en la tierra será en la eternidad, pero aprende a obedecer sin reparos.