Romanos 2.1-3
“Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Más sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?”
Es de suma importancia que cada día nos alimentemos de Su palabra esto nos hace conocer más al Eterno, temerle y discernir entre lo bueno y lo malo, o es que ¿pensamos que podemos escapar del juicio de YHWH? Él no quiere que nadie se pierda y por eso nos da de Su medicina, Su palabra la cual sana y salva.
Damos gloria a su santo nombre porque nos ha revelado muchos misterios ocultos, por lo tanto no permitamos que se envanezca nuestro corazón sino seamos humildes y estemos expectantes para seguir recibiendo cada día sus enseñanzas.
No caigamos en juicio con los demás pues así nos cae juicio a nosotros mismos. Los tiempos se acortan y cada vez está más cerca la venida de nuestro Mesías. Por lo que no podemos perder más tiempo, debemos esforzarnos y proclamar su palabra para muchos conozcan su verdad y sean salvos.