Salmos 53.1-2
“Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad. No hay quien haga el bien. Dios desde los cielos miro sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios.”
El Eterno estableció su palabra para que el hombre la cumpla, pero el ser humano toma decisiones que pueden ser acertadas o erradas y allí esta implícito el libre albedrio. Como su creación debemos conocer y hacer la voluntad de nuestro Dios que es buena agradable y perfecta.
Este salmo fue escrito hace más de 35 siglos y aun permanece vigente hablándonos para que veamos las obras maravillosas de nuestro creador, pues la palabra no pasa y siempre trae salvación.
La insensatez o necedad y la hueca filosofía del hombre lo lleva a negar la existencia de Yahweh, cree que tener mucho conocimiento intelectual le otorga derecho a desconocer a su creador y la creación de sus manos.
Su existencia es revelada a los corazones sencillos y humildes y el no obedecer y hacer su voluntad lo hacer alejarse de su propósito en esta tierra.