Salmos 45:7
“Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.”
Amados, en nuestro día a día nos encontramos con personas quienes siempre tienen su arma de negatividad cargada para atacar. Refiriéndonos específicamente a esas personas que gritan, se quejan, condenan y finalmente al observar que no seguimos su juego terminan arrepintiéndose e intentando justificar su conducta o disfrazándola de algún modo, situación que inevitablemente muestra un alejamiento de Dios, entonces allí esa persona tiene una notoria necesidad de ser encaminada hacia la palabra.
Ahora bien, el versículo bajo estudio, revela uno de los beneficios de conocer de Dios y andar por sus caminos, y es que mantenemos el control sobre ese tipo de conductas, primero porque tenemos la facultad para reprenderlas, pero lo más importante es que nosotros hemos sido dotados de la gran alegría que es saber que Dios está allí con nosotros, observando nuestros pasos, guiándonos, que estamos persiguiendo la salvación eterna, un tesoro celestial, que el dinero no puede comprar.