1 Pedro 3.8
“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.”
Mantengamos la humildad y la serenidad, sin dejarnos llevar por las emociones, ni hacer juicio de las cosas que suceden a nuestro alrededor, antes bien examinemos a nosotros mismos y discernamos si las cosas que nos suceden es porque estamos siendo probados en algún área o sencillamente estamos cosechando de lo que hemos sembrado. Caminemos siempre en pro de avanzar, haciendo con agrado lo que ha sido encomendado y haciéndolo para agradar al Yahweh.
Nunca se nos olvide que El Eterno nos sacó de la basura, para moldear y transformar nuestras vidas y dejar un legado hermoso a nuestras generaciones y sembrar la semilla de la Verdad en ellos y así asegurar que sigan con las revelaciones que hoy El Eterno nos ha entregado.