Éxodo 20.7
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Yahweh al que tomare su nombre en vano.”
Al ministrar y declarar su nombre, debemos hacerlo con temor y reverencia. El mandamiento no nos prohíbe pronunciar su nombre más si nos advierte el no pronunciarlo en vano pues sería blasfemarlo.
Sin embargo la Biblia nos dice que al declarar su nombre seremos salvos;
Romanos 10:9-10
“Que si confesares con tu boca que Yahshua es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”
El Eterno ha hecho distinción entre lo puro y lo impuro, entre su pueblo y el resto de las naciones, entre su nombre Santo y el nombre de dioses paganos, si no fuera importante no habría revelado su nombre a Moisés.
Éxodo 3.14-15
“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Yahweh el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos”.