Deuteronomio 1:29-30
“Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. Yahweh vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros.”
Dios ha dado a los creyentes personalidades, habilidades y dones espirituales que los equiparán para cumplir con los planes específicos que Él tiene para sus vidas. Pero cada uno debe decidir responder con fe y obediencia. A veces, el Señor nos reta a hacer algo que parece estar más allá de nuestras capacidades, pero si nos intimidamos perderemos sus maravillosas bendiciones.
Aprendamos de los israelitas, quienes tomaron varias decisiones que los llevaron a la incredulidad y como consecuencia vagaron toda una vida sin rumbo. Ellos:
-Escucharon las voces equivocadas. Para andar en obediencia al Señor, tenemos que cuidarnos de ser influenciados por quienes no entienden la grandeza de nuestro Dios, y aprender a identificar las mentiras de Satanás.
-Confiaron en la perspectiva humana. A veces, confiar en Dios está en conflicto con el razonamiento humano. Pero quienes optan por confiar en Él descubrirán que el Señor es más grande que cualquier obstáculo.
-Dejaron que los sentimientos triunfaran sobre la fe. Tal vez los mayores estorbos para la obediencia son el temor y el sentimiento de incompetencia. La manera de vencerlos es confiar en el Señor y en sus promesas. Él nos equipará para todo lo que nos llame a hacer.
Cada difícil llamado a la obediencia es una bifurcación en el camino de nuestras vidas. Tomar el camino de la incredulidad conducirá a toda una vida de pesar, pero confiar en Dios con valentía y hacer lo que Él dice, dará como resultado la bendición más grande de la vida. La decisión es nuestra.