Yahshua en su ministerio acá en la tierra durante su primera venida, no solo manifestó proezas y milagros, el además aprendió a obedecer. Dios nunca había aprendido obediencia porque no tenía a quien obedecer. El fue exitoso por los milagros, el más famoso en toda la tierra, el nombre más mencionado, ninguno ha vencido ni vencerá la muerte, solo uno estuvo muerto y se levanto al tercer día, Yahshua el Mesías.
Su éxito consistía no en las horas de oración solamente, ni en los ayunos, el éxito de su vida estuvo que no vivió para hacer su voluntad, sino que vivió para gradar al Padre y hacer todo lo que él le había mandado. El mismo lo dijo:
Mateo 6.38
“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.”
En eso consistía la fortaleza, lo inquebrantable que era, es por eso que el enemigo no pudo dañarle en el desierto, satanas no se podía empoderar de él ni un segundo porque nuestro Señor no vivió un segundo para él, vino a vivir la vida de Dios en la tierra, allí está tu mejor deleite en la tierra, saber que estás viviendo para hacer La voluntad del Padre.