Manteniendo nuestro enfoque en el Señor

Habacuc 3:17-19

“Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides, aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador, El Señor omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas.”

Innumerables personas se sienten derrotadas por situaciones frustrantes. Pero nuestra respuesta puede marcar la diferencia. Las frustraciones pueden ser una oportunidad para el crecimiento espiritual, o un golpe devastador.

Una respuesta adecuada a la frustración comienza por resistir la tendencia natural a amargarse. Si alguien más estuvo involucrado en la situación, no se apresure a juzgar su conducta. No podemos saber por completo lo que está pasando en la vida de los demás, ni qué los motiva a actuar como lo hacen. El segundo paso es preguntarle al Señor: “¿Cómo debo responder?” Dios puede guiarnos a una respuesta sabia y correcta, porque Él conoce todos los hechos.

Luego, obedezca su dirección, aunque no sea lo que quiere hacer. Muchas veces, el camino del Señor es contrario a nuestros deseos y al consejo de los amigos. Sin embargo, su plan es el que traerá crecimiento y resultados para nuestro máximo bienestar.

Y, por último, mantenga su enfoque en Dios y en su propósito superior para su vida. Las personas tienden a pensar mucho en sus heridas y en el daño que reciben, que es lo que hace que la frustración sea tan destructiva.

Solo hay un método conveniente para enfrentar la frustración: buscar la voluntad del Señor. Aunque los planes humanos se descarrilan, nada cambia el propósito de Dios. No importa qué tan profunda sea su herida, Él le guiará en medio de los reveses y tristezas, a la vez que crece en su fe.

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