Todos en algún momento en la vida sienten la depresión, presidentes, políticos, reyes; todos en este mundo pasamos por un tiempo de depresión, incluso a pesar de ser cristianos, siervos o siervas de Dios nos deprimimos.
El problema no es la depresión sino lo que hacemos cuando estamos deprimidos, tomar decisiones en un momento como este es un fracaso seguro. Necesitamos entender que a pesar de lo que estamos viviendo, cosas que no entendemos, problemas que se vinieron encima, no podemos permitir que marquen una pauta en nuestra vida e influyan con nuestra determinación de seguir adelante.
Debemos aprender a vivir como dice Proverbio 16.3
“Encomienda a Yahshua tus obras, y tus pensamientos serán afirmados”.
Es el momento de arrodillarnos en la presencia de Dios y esperar una respuesta para actuar conforme a la orientación de Dios. No dejes que los problemas tomen decisiones por ti en tu vida.
Cuando Elías estuvo deprimido en el desierto y bebía agua del arrojo, pero a pesar de que el arroyo se seco, él espero la palabra de Dios la cual le dijo lo que debía hacer.
Así mismo nosotros debemos buscar primero la dirección de Dios antes de tomar cualquier decisión importante y no dejarnos guiar por las emociones.
