Proverbios 26.20
“Sin leña se apaga el fuego…”
Todo lo que nos rodea necesita mantenimiento para seguir funcionando, y se aplica en lo espiritual y natural, lo que no se mantiene se daña.
Cuando compramos un vehículo, se nos entrega con garantías durante varios años. Los dueños de tales marcas han diseñado estos vehículos para que funciones perfectamente el tiempo estimado mínimo.
Sin embargo para que logre durar los años para los cuales fue construido deberá recibir mantenimiento, de lo contrario no funcionara.
Las cosas hay que mantenerlas para que duren, así mismo cuando la palabra dice que sin fuego se apaga el fuego es una manera de reafirmar este principio.
Mantener el fuego de Dios encendido no es responsabilidad de Dios, es responsabilidad nuestra buscando su presencia y alimentándonos de quien que representa la leña. Todo lo que Dios da necesita ser mantenido por quien lo recibió, de lo contrario tarde o temprano lo perderá.
Cuando analizamos la vida de José nos damos cuenta que a pesar de que nadie creía en sus sueños y parecía estar lejos su cumplimiento, él nunca dejo de creer en ello y eso o llevo hasta ver la promesa del Eterno cumplirse en su vida.
No basta solo con soñar, debemos trabajar teniendo fe y buscando la dirección de Dios para ir detrás de ese sueño.
Un sueño de Dios es lo que te dará fuerza cada mañana para levantarte y seguir luchando en la vida.