Cuando estamos en medio de pruebas, tiempos difíciles y adversidades, nada mejor que meditar en la palabra de Dios. Por medio de ella se reafirman las maravillosas promesas del Dios viviente quien nunca nos ha dejado ni nos dejara.
Éxodo 4:12
“Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar”.
Éxodo 14:14
“El Señor peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”
Salmos 23:1
“El Señor es mi pastor; nada me faltará”
Josué 1:9
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque El Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”
Salmos 23:6
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”
Salmos 27:1
“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”
Salmos 37:24
“Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque El Señor sostiene su mano” “Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre.
Salmos 61:4
“Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas”
Salmo 91:14-16
“Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación”