Salmos 34.1-3
“Bendeciré a Yahweh en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Yahweh conmigo, y exaltemos a una su nombre.”
Los más sorprenderte de esta expresión en los salmos de David es su declaración de bendecirle en todo tiempo sin importar si es bueno o malo. David era un rey que continuamente alababa a Dios.
Para adorar a Dios no necesitamos estar en un buen momento, la gente quiere alabar a Dios cuando le va bien, sin embargo este salmo demuestra que la alabanza debe estar presente siempre en la vida. La alabanza no depende de lo que tenemos o el clima del momento, sino del deseo de alabarle y reconocer que es digno de la alabanza.
La alabanza depende de reconocer al Dios al cual le servimos y saber que el día malo pasara. Alabar a Dios en medio de un mal momento es un acto profético que anticipa la bendición que se va a recibir.
Lo que cambian una mala temporada es un corazón que alaba a Dios aunque no todo este bien. Cuando bendices a Dios en medio de tus batallas el enemigo recibe un claro mensaje que lo hará caer destruido y es que sin importar si ganas o pierdes Yahweh seguirá siendo tu Dios.