2 Crónicas 2.1-2
“Determino pues Salomón edificar casa al nombre de Yahweh, y otra casa para su reino. Y contó Salomón setenta mil hombres que llevasen cargas, y ochenta mil hombres que cortasen en el monte, y tres mil y seiscientos que los gobernasen.”
Salomón era un hombre cuya prioridad era Dios, hoy en día hay muchas personas que no concluyen sus propios proyectos porque no ponen a Dios primero en sus vidas.
Los sueños y diseños de Dios debemos administrarlos como salomón, dándole prioridad a su obra, Salomón enseño que primero trabajo en la casa de Dios y luego trabajo en su casa. Dios lo prospero en la construcción del templo y luego en la de su casa propia.
Cuando eres un salomón que entiendes que las cosas de Dios son primero, primero que tu trabajo para los hombres, es allí donde caerás en la dependencia divina viendo la mano de Dios haciéndote fructífero en áreas que antes no lo eras.
Algunas personas creen que son eternas en el cuerpo. Solo Dios puede retroceder la muerte, todo pasara, pero la palabra de Dios nunca pasara.