Cuando Satanás aparece en forma de serpiente y habla con Eva, desvía a Eva y la hace comer del fruto que no debía comer incitando además al hombre. Al pasar eso sus ojos se abrieron y se escondieron al verse desnudos.
Luego Dios los encuentra y le confiesan su pecado, sin embargo lo primero que Adán hizo fue acusar a Eva diciendo:
Génesis 3.12
“Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.”
Desde la antigüedad se observan este tipo de conflictos en los que los miembros de la familia se culpan los unos a los otros, pero así como en la antigüedad eso no soluciona nada.
La mujer le adjudico toda la responsabilidad a la serpiente, pero lo cierto es que el juicio de Dios vino sobre los tres.
Cayó maldición en la tierra porque el hombre obedeció la voz de su mujer antes de obedecer la voz de Dios. Si hay algo que mantiene a la familia unida es que uno de sus miembros esté dispuesto a perder lo que sea con tal de obedecer a Dios.
Pero cuando el padre suaviza su rectitud por agradar a su hijo y hace cosas que no agradan a Dios sin duda la maldición vendrá a esa casa.
La única forma de que la familia este lejos de maldiciones es obedeciendo a la voz de Dios.
Dios todo el tiempo ha pensado en multiplicarse, por eso nos ha creado a su imagen y semejanza, por eso Satanás ataca a las familias mintiéndoles y tentándolos.
En el huerto había abundancia de todas las cosas, tenían comunión con Dios, era un lugar especial, pero a causa de la desobediencia fueron expulsados de él.