Donde no hay oración no hay poder. Es mejor morir orando que vivir sin oración. Nadie lograra llegar más allá si no hay una vida de oración
Si queremos ser amigos del espíritu santo la oración debe ser parte de nuestro estilo de vida. Si Dios siendo nuestro padre nos llama a tener intimidad con el no podemos rehusarnos a un llamado tan glorioso. En la intimidad no hay secretos y podemos conocer a una persona como es. Por eso el Salmo dice:
Salmos 25.14
“La comunión íntima de Yahweh es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.”
Cuando oramos nos unimos y somos uno con Dios, muchos líderes hablan con Dios pero no tienen intimidad con Dios.
No es lo mismo hablar con Dios que tener intimidad con él. Para tener intimidad se necesita invertir tiempo, esfuerzo, creatividad, dedicación por completo de alma, cuerpo y espíritu.
Nadie disfrutara de un tiempo con Dios si no pasa tiempo con El, cuando pasamos tiempo con Él le conocemos, sabemos que hará, sus planes y reconoceremos su voz.
No hay vida de poder si no hay vida de oración, no habrá milagros, cambios, transformaciones si no hay vida de oración.