Romanos 12.2
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
SOMOS EXTRANJEROS Y PEREGRINOS EN ESTA TIERRA
Nuestra nacionalidad no es terrenal sino celestial, solo somos extranjeros y
peregrinos en este mundo. Y puesto que no pertenecemos a este mundo y solo
estamos de paso, nuestra identidad no está en las cosas terrenales sino en las
celestiales, Dios nos lo advertía desde el principio que no aprendiéramos
practicas abominables de otras naciones y mucho menos que las amáramos ni las
hiciéramos nuestras.
Deuteronomio 18.9
“Cuando entres a la tierra que Yahweh tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones.”
Cuando Yahshuah estaba por despedirse de sus discípulos oraba al Padre:
Juan 17.15-17
“Yo no te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del maligno.”
Yahshua sabía perfectamente a lo que, como hijos de YAHWEH, tenemos que enfrentarnos y declaraba que no pertenecemos a este mundo, tal como El tampoco pertenece. Aunque no somos de este mundo debemos vivir en medio de él porque se trata de demostrar que podemos ser hijos verdaderos y obedientes aun en medio de la maldad y el caos y proclamar las buenas nuevas de salvación. Si nos apartamos sabiamente de las cosas del mundo nos llenamos de santidad como lo declara en el verso.