Proverbios 23.23
“Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.”
Nosotros tenemos que anhelar el continuar creciendo espiritualmente, esto mejorará la calidad de la unción y la palabra de Dios dice que debemos pagar por la sabiduría, ese precio conlleva el colocar en primer lugar sus cosas y valorar sus enseñanzas antes que colocar nuestras metas personales.
Esto implica negarnos a nosotros mismos y escuchar al sabio, pero solo aquel que realmente lo anhela se le revelaran los misterios de Dios, no al soberbio (Mat. 7:6). El tener la unción no es una carga pero si es un yugo de consagración a Yahweh.
Las vírgenes sensatas llevaban su aceite para todo lugar, asimismo nosotros debemos cargar nuestro aceite para encender el fuego porque en la ausencia de la luz reinan las tinieblas y queremos habitar en medio de la luz. No podemos acostumbrarnos a vivir del aceite de otra persona tenemos que pagar el precio por el nuestro y valorarlo.
Tus acciones determinan tu devoción de hacer las cosas con entendimiento y amor a Dios o no. No es tiempo de desfallecer y ver nuestras debilidades o la de los demás sino que por el contrario debemos esforzarnos, avanzar, buscar esa sabiduría y aprender a valorar la gloria del Dios viviente.