Hechos 4:36
“Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre”
José, oriundo de Chipre, fue uno de los primeros seguidores de Jesús. Los apóstoles lo llamaron Bernabé, que significa “hijo de consolación”. También lo vemos en Hechos 4:36-37, cuando vendió una propiedad y donó el dinero para ayudar a otros creyentes necesitados.
También en 9:26, cuando llevó a Saulo, conocido después como Pablo ante los apóstoles, quienes le tenían miedo, y lo defendió por ser un hombre al que Yahshua había transformado.
A nuestro alrededor hay muchas personas que necesitan ser animados, consolados y fortalecidos, y quizá el Eterno nos ha puesto allí tan cerca precisamente para ser ese instrumento que les brinde la ayuda que necesitan.
Ser hijos de Dios será evidente al actual como un Bernabé, hijos de consolación.
Cuando luchamos con las circunstancias de la vida, una palabra de aliento de los demás puede levantar nuestro espíritu y nuestros ojos al Señor. Isaías, el profeta del principio del pacto, escribió: “Dios el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado” (50:4). Cuando miramos al Señor, Él ofrece palabras de esperanza y luz en la oscuridad.