Génesis 1:2
“Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.
Uno de los indicativos de que necesitamos la intervención del Eterno de forma inmediata es la presencia de desorden. En el proceso de la creación del mundo dice la escritura que todo se encontraba desordenado y vacio.
Cuando en la vida de una persona lo que abunda es el desorden seguramente también estarán muchos vacios dentro de su corazón. Pero la buena noticia es que el Eterno es experto poniendo cada cosa en su lugar y llenando cada uno de esos vacios.
Efesios 1.22-23
“y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”
Cuando hay desorden hay tinieblas, es por eso que Dios necesita iluminar nuestra vida con su gloria para dispersar toda presencia de oscuridad que nos quiera opacar y robar la paz.
Es a través del Espíritu Santo de Dios que será completa su obra en nuestras vidas, pero es importante que nosotros le dejemos entrar a nuestro corazón para comenzar a hacer su voluntad perfecta y agradable.