1 Pedro 4.8
“Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.”
Amar no se dice ni se manifiesta fácilmente, es por ello que la palabra de Dios dice que ante todas las cosas, sentimientos y actitudes pongamos delante el amor que podamos sentir por nuestro prójimo.
Ningún ser humano es perfecto incluyéndonos a nosotros mismos, es por eso que cuando otras personas cercanas o no a nosotros cometen alguna falta u ofensa en nuestra contra es necesario poner en manifiesto ese amor que nos conducirá al perdón y a pasar por alto sus faltas.
El amor no es un beneficio únicamente para terceros, además nosotros mismos mantendremos nuestro corazón sano y libre de rencores gracias al amor que nos ayudara olvidar lo malo de los demás.
Vivir bajo esa actitud no es algo nuevo ni exclusivo de los seres humanos, pues Dios nuestro creador por amor a nosotros dio su vida para que ninguno se perdiera sino que todos pudieran tener acceso a la vida Eterna.
Fue gracias a la manifestación del amor de Dios que nuestros pecados pudieron y pueden seguir siendo redimidos, es por ello que nos pide que como él lo hizo, nosotros con el mismo amor seamos capaces de perdonar y amar a los demás.