El Señor se goza cuando ve vidas transformadas al someterse al poder del Espíritu Santo; se goza al ver como esas vidas que se han abierto para Él ingrese arrollando todo lo carnal, todo lo mundano; se goza al ver cómo se van limpiando de la suciedad que el pecado había depositado dentro de ellos, para ir transformándose en vasos de honra para nuestro Dios.
Solo un verdadero seguidor de Yahshua sabe lo que se siente al haber disfrutado del poder transformador de su redentor, pudiendo comprender :
1 Corintios 1:27-28,
“Que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios”
Y que bajo el poder de Dios, lo desechado por el mundo es transformado por el Señor en herramientas dignas para su servicio.
El Señor viene a transformar nuestras vidas, y es lo que debería suceder cuando llegamos a su camino ya que allí se cumple la promesa:
Ezequiel 36:25-30
“Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones.”