En algún momento de nuestras vidas antes de la convertirnos de corazón a Dios hemos pecado y como es natural en la mayoría de la raza humana caída, hemos querido que nadie sepa al respecto de ese pecado. Ocultar el pecado es la reacción natural de todo aquel que no conoce al Señor Yahshua.
A partir del momento en el que usted escoja silenciar su consciencia con el fin de esconder su pecado, de su corazón comienzan a manar casi al instante toda suerte de peligrosas maquinaciones. Pero por más inteligente que sea usted, la pregunta es ¿tendrá éxito? La respuesta nos la concede el siguiente Proverbio:
Proverbios 28.13
“El que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”
“no prosperará” significa, “no tendrá éxito haciéndolo”. Esta es una advertencia del Eterno para desistir del mal camino. Por más que parezca haber tenido éxito ocultando su pecado, a la final, es muy improbable que usted se “salga con las suyas”; en palabras más claras, eso sólo significa que de una manea u otra, Dios permitirá que su pecado salga a la luz.
Basta ya de vivir vidas con los “huesos desgastados” (Salmo 32:3) por no confesar la falta… no persistas en hacer lo imposible, porque no lo lograras, no insistas intentando ocultar lo que es inocultable porque no lo conseguirás. Lo mejor es ir y confesarle la falta al Señor, pues el todo lo sabe, sólo en Él hallaras perdón de pecados y solo en Él tendrás la paz que no te permite tener el pecado que aun no le has confesado.