Filipenses 4.6-7
“Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestros corazones y vuestros pensamientos en Yahshua.”
Es normal que existan momentos en nuestras vidas en los que queremos aprovechar el tiempo al máximo y hacer muchas cosas al mismo tiempo. Cuando logramos nuestros objetivos sentimos una gran satisfacción.
Pero cuando el interés por hacerlo todo se convierte en afán no le hace bien a nuestra salud mental y física. Un gran agotamiento comienza a consumirnos y a causarnos desesperación. Es por eso que la palabra del Eterno nos alienta a confiar en él y a elevar oraciones a él con nuestros anhelos.
Eclesiastés 3.1
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”
Una gran bendición nos aguarda con cada amanecer, lo mejor es que encomendemos cada uno de nuestros días a Dios y dejemos que él sea quien nos guie en cada decisión, acción y logro para que podamos ver su gloria en cada paso que demos con la seguridad de su respaldo.
Mateo 6.34
“Así que no os angustiéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación.”