Una gran realidad es que como seres humanos al fin, todos nosotros tenemos luchas internas, y estas luchas internas, con frecuencia causan que nos apartemos de la voluntad de Dios. Digo esto porque todos nosotros peleamos continuamente con nuestras emociones, sentimientos, impulsos, deseos, y ambiciones.
Por ejemplo, existen las presiones sociales; es decir la presión que ejercen nuestras amistades y compañeros de trabajo en nuestra vida. Existen las presiones familiares; es decir la presión que ejercen nuestros seres queridos, hijos, hijas, esposos, esposas y demás, esta presiones pueden influir como distracciones para apartarnos de nuestro creador.
Deuteronomio 8.11
“Cuídate de no olvidarte de Yahweh tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy.”
Esto es algo que sucede, porque la gran mayoría de nosotros nos hemos acomodados grandemente donde nos encontramos en este momento. En otras palabras, hemos recibido las bendiciones que Dios nos ha dado y estamos completamente satisfechos.
El problema que existe es que cuando alcanzamos este nivel de satisfacción, en la mayoría de los casos comenzamos a apartarnos de la voluntad de Dios para con nosotros.
Recordemos que como fieles creyentes tenemos que vivir según Su voluntad, cumpliendo con Sus mandatos, y entregándole siempre a Él, el primer lugar en nuestra vida. Por eso les digo hoy, nuca no nos olvidemos de dónde Dios nos rescato. Dile a la persona que tienes a tu lado: “…Cuídate de no olvidarte de Yahweh tu Dios…”